¿Poder humano, diabólico o divino?
Como decíamos anteriormente, con frecuencia se relacionan los poderes psíquicos
y los fenómenos paranormales -como la levitación- con causas trascendente. Y no
solo a la divinidad de han atribuido esos fenómenos. También el mismo Satanás ha
sido hecho responsable de la levitación de muchas personas.
En el contexto de la demonología católica y protestante existen numerosas
referencias a supuestas levitaciones en relación con pretendidas posesiones
diabólicas. Desde los procesos inquisitoriales del medievo, hasta los
demonólogos contemporáneos como Conrado Balducci, son muchos los casos de
pretendida posesión diabólica en que el supuesto poseído levita de una u otra
forma.
Francisco de Pau Solá, sacerdote católico recientemente fallecido, participó en
dos casos de supuesta posesión, y en ambos presenció personalmente sendas
levitaciones de los posesos. El primero, según nos contaba el Padre Solá poco
antes de morir, ocurrió en un colegio de Zaragoza. Una de las alumnas había
comenzado a guardarse la Sagrada Forma durante el sacramento de la Comunión para
entregársela a su hermano, quien practicaba "ritos satánicos". Poco a poco la
niña fue manifestándo los síntomas de la posesión, como la animadversión a todo
lo sagrado, conocimientos inexplicables, etc.
Un día entre varias compañeras y monjas, junto con el padre Solá, condujeron a
la niña a la capilla del colegio. Inmediatamente después de que el Padre Solá la
bendijese, la niña levitó saliendo disparada por encima de los bancos de la
iglesia cruzándola de punta a punta, hasta darse de cabeza contra el altar mayor
y perder el sentido. Al recuperar la conciencia se encontraba totalmente
restablecida y jamás volvió a recordar nada de su pseudo-exorcismo.
El otro caso que el Padre Solá nos describió lo presenció en Paris. Se
encontraba reunido con el entonces exorcista oficial de la archidiócesis de
París, quien iba a mantener una entrevista con una supuesta posesa. Durante
dicha entrevista entre exorcista y posesa, también una joven adolescente, y en
presencia del Padre Solá, la niña comenzó a caminar cruzando el cuarto. Al
llegar a la pared simplemente apoyó su pierna e inmediatamente se puso
horizontal al suelo caminando por la pared primero, y después por el techo,
atentando contra todas las leyes de la gravedad. Según nos narraba Solá "me
llamó mucho la atención que el pelo, y la falda plisada que llevaba, mantenían
su forma original, sin caer hacia el suelo, sin acusar la gravedad".
El padre Conrado Balducci, a quién también conocimos personalmente, considerado
el máximo experto en demonología del Vaticano describe episodios similares.
Evidentemente testimonios tan espectaculares no abundan. Pero no es de extrañar
que ante tal espectáculo el testigo, y más si es un exorcista, atribuya ese
prodigio a Satanás y su Corte Infernal.
¿Pero y si alguien pudiese levitar sin trances místicos ni diabólicos? La tesis
mantenida por la parapsicología científica es totalmente agnóstica. Según la
hipótesis parapsicológica no existen espíritus, ángeles ni demonios relacionados
con la levitación ni otros fenómenos paranormales. El origen de los mismos
estaría en las capacidades paranormales de la mente humana. Llegados a este
punto resulta imprescindible referirse al más sorprendente sensitivo en la
historia de la parapsicología; el escocés Daniel Douglas Home.
Daniel Douglas Home (1833-1886) era, según su propia autobiografía, hijo
ilegítimo del décimo conde de Home. Padecía frecuentemente enfermedades, no
aprendió a caminar hasta cumplidos los seis años y en algún momento de su vida
presentó parálisis, perdida de memoria y nerviosismo. Pasó su juventud en
Estados Unidos, y aunque en su juventud ya se describen algunos fenómenos
paranormales, es pasado pubertad
cuando se manifiestan plenamente sus extraordinarios poderes paranormales. Tras
su vuelta a Inglaterra, en 1855, Home comenzó a realizar demostraciones a plena
luz de casi todos los fenómenos paranormales; elongación, insensibilidad al
fuego, clarividencia, etc). Su fama como médium dió la vuelta al mundo, pero
indudablente dicha fama se debía en buena medida a su habilidad más
extraordinaria: la levitación.
Home recorrió varios países haciendo demostraciones de sus poderes en muchas
cortes europeas. En presencia de personalidades como Leon Tolstoi y Alejandro
Dumas (padrinos de su boda), Mark Twain, el zar Nicolás I, Napoleón III, Bulwer
Lytton o el famoso científico y parapsicólogo Sir William Crookes (inventor del
tubo de rayos catódicos y descubridor del Talio), entre otros.
Sir William Crookes analizó a Home a partir de 1871, generalmente en su propio
laboratorio y a plena luz, y fue uno de los numerosos testigos de las
levitaciones de Home.
El médium escocés asegura en sus libros que no sentía ninguna sensación especial
en su cuerpo durante la levitación, a no ser una ligera sensación de calambre en
los piel. Se levantaba en el aire varios metros y, con frecuencia, escribía
mensajes en los techos de las habitaciones donde hacía sus demostraciones.
Textos que todavía hoy se conservan en alguna de las casas donde Daniel Douglas
Home contravino la ley de la gravedad.
En ocasiones Home elevaba a otras personas, animales u objetos en sus
levitaciones, sin embargo la sesión que le dió fama mundial se produjo el 13 de
diciembre de 1868. Según atestiguaron varias personas Home, tras caer en su
trance acostumbrado, se elevó horizontalmente del suelo, y con los pies por
delante salió por una ventana de un tercer piso entrando por otra ventana de la
misma vivienda...
¿Y si todo fuese un fraude?
Inspirados en relatos como los de Home, Eusapia Paladino, Rudi Schneider u otros
muchos médiums espiritistas levitadores, ilusionistas, prestiligitadores y
mentalistas de todo el mundo han desarrollado infinidad de efectos mágicos de
levitación.
Actualmente cualquier distribuidora de productos de ilusionismo incluye en su
oferta numerosos trucos de escena, o magia de cerca, que pueden levitar desde un
pequeño objeto a varias personas.
El "levitación de billete", la silla de levitación, la "levitación de yogano", o
más recientemente la "levitación fantástica de Fearson", son algunas de las
ofertas que hacen los fabricantes de productos mágicos para asombrar al público
con la ilusión de espectaculares levitaciones.
Sin embargo, si existe una levitación mágica espectacular con mucha diferencia,
es la ilusión del vuelo de David Copperfield. Copperfield, considerado el mago
más famoso del mundo, utiliza un ingeniosos sistema de hilos -ajustados a un
cinturon/arnes- y un sofisticado programa informático, con ayuda de alguna
ilusión visual, para volar por encima del publico dando giros y piruetas, e
incluso tomando a un espectador en brazos y llevándolo en su vuelo por el
teatro. Poco tiene Copperfield que envidiar a los vuelos de Daniel Douglas Home.
Sin embargo, los ilusionistas están limitados por una serie de requisitos que,
al menos en teoría, un parapsicólogo debería poder controlar en su laboratorio
para evitar trucos. Además, en los tiempos en que Home volaba por encima de las
cabezas coronadas de las cortes europeas los sistemas informáticos de Coperfield
y sus ilusiones visuales ni siquiera se habían imaginado. Por eso resulta
absurdo equiparar ambas levitaciones "auténticas" y "falsas".
¿Como es posible que los místicos, yoguis, chamanes, fakires, o Daniel Douglas
Home leviten? La respuesta continúa siendo un enigma, pero difícilmente
encontraremos la explicación acudiendo a trucos de ilusionismo...
Escrito por Juanjo Perez
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