Sobre vino, rituales y magia
El vino ha ocupado siempre un lugar trascendente dentro de varios rituales tanto
religiosos como mágicos, y aunque también ha sido motivo de represiones e
incluso persecuciones por parte del fanatismo, el vino continúa ocupando un
lugar preponderante en la cultura mundial.
El vino como todos sabemos es una bebida derivada de la fermentación de la uva,
lo cual lo convierte en una materia viva, a diferencia del licor pues esta es
una materia muerta que se conserva en un estado sin transmutación, mientras que
el vino cuando a finalizado su periodo de mayor beneficio se convierte en
vinagre.
Dentro de la tradición judeo-cristiana es indiscutible el papel preponderante
del vino y la enseñanza que resulta de su análisis simbológico, examinemos:
elvino nace a partir de la uva, producto vid y que se identifica con la dualidad
o el concepto orientalista del Yin-Yang o Sol-Luna a través de la uva roja y de
la uva blanca, dualidad primigenia en su valoración de la polaridad
masculino-positivo y femenino-negativo.
El vino tinto, rojo y solar viene a ocupar una identificación simbólica con la
sangre debido al sincretismo del color, y así en la parte mágica del ritual
viene a ocupar el lugar de la sangre derramada por el sacrificio de la victima
ya predestinada, que es sustituida por el vino, que a través del proceso
alquímico de fermentación, se convierte en la sangre natural que surge del
planeta tierra, lo cual lo convierte potencialmente mas valiosa que cualquier
sangre animal.
El antiguo pueblo egipcio depositario y guardián de conocimientos universales,
al vino le otorgaron un respeto muy especial, llegando a dejar plasmada su
importancia como enseñanza simbológica en las cartas del Tarot, por su parte los
griegos rendían culto a Dionisios, deidad identificada con la uva, su
fermentación y el vino en cuyo derredor existía toda una escuela iniciática
sobre los misterios dionisiacos, mientras que los romanos rendían culto a Baco,
dios del vino al que se le rendían grandes celebraciones conocidas como
festividades báquicas y que en la etapa decadente de este imperio fueron famosas
por su desenfreno.
Pueblos celtas, gotónicos y teutones acostumbraban, una vez que regresaban de
sus incursiones marítimas guerreras festejaban dicho acontecimiento a través de
banquetes en el cual corría generosamente el vino y también se consideraba que
los guerreros fallecidos en batalla eran premiados con el Walhalla, lugar
habitado por las bellas y aguerridas valquirias quienes se encargaban de
escanciar el vino que se ofrecía a estos sedientos guerrero.
Finalmente recordemos que en el ritual católico de la misa el vino ocupa un
lugar preponderante y el valor mágico que se le otorga, cuando este se convierte
simbólicamente en la sangre de Cristo, que cuando se suma la ostia, considerada
a su vez como el cuerpo de Cristo que al ser blanca y redonda tiene todos los
atributos simbólicos de la Luna y así tenemos una conjugación Sol-Luna, balance
perfecto de los cuerpos celestes que mayor influencia ejercen sobre nuestro
planeta y como lógica consecuencia, sobre el ser humano que participa en el
rito.
Autor: Enrique Martínez G.