Los caminos, Huacuvichaca y las chanecas. Actualmente, el hecho de viajar es
tomado como un acto de lo más natural e incluso casi obligatorio en épocas
vacacionales. Sin embargo, en el pasado para algunas personas el dejar la
seguridad de un entorno conocido era motivo de gran inquietud, pues además de lo
incierto de las vías de comunicación, existía el riesgo de perderse y derivado
del temor que producía lo anterior es que encontramos costumbres, que datan de
gran antigüedad como es el caso del Yucatán de los mayas, quienes veneraban a
Ekchuaii, dios de los caminantes, que era representado por un hombre pintado en
color oscuro, los labios rojos y caídos, empuñando en la mano un bastón de
mando.
Su glifo se compone de dos ojos rodeados por bandas negras que se dirigen hacia
atrás, aunque también se le representaba con toda la cara pintada de negro. En
el otro extremo de México, los yaquis de Sonora al perderse de el camino gritan
la invocación ?Chictuc Vochi?, y para saber a donde dirigirse ?Hacumvichaca?.
Para los aztecas, una deidad de relevante importancia era Chihateteotl, quien
vivía en Cinalco (casa de maíz), bajaba a la tierra y se divertía espantando a
los viajeros, sabiéndoles al encuentro por las noches y apareciendo en las
encrucijadas de los caminos.
También enfermaba a los niños de epilepsia y alejaba a los ejércitos enemigos, e
incluso se relata que anticipó la llegada de los españoles a Tenochtiltlan
vistiéndose humildemente y dando lúgubres quejidos.
Chihateteotl se representaba con la mandíbula inferior descarnada y el cabello
largo y suelto.
En la región de Tecuanapa, estado de Veracruz, de acuerdo a la tradición
habitaban unos seres poco positivos para los viajeros del sexo masculino, las
Chanecas, quienes son mujeres que habitan en lo más espeso del bosque y se
dedican a tratar de extraviar y distraer a los viajeros conduciéndolos a las
zonas boscosas y una vez ahí, los seducen viviendo una tórrida noche de pasión
para luego asesinarlos, pero existe un antídoto utilizado por los arrieros y
caminantes, que consiste en ir dejando tiradas perinolas hechas con madera de
cucharo (árbol utilizado para hacer cucharas), y así las Chanecas se entretienen
curioseando y jugando con las perinolas, dando tiempo al viajero para escapar.
Finalmente mencionaremos que desde el virreinato, y hasta finales de este siglo,
era del dominio popular una oración que tema la finalidad de servir como
protección y era pronunciada antes de iniciar un viaje, tanto por pasajeros como
por cocheros, postillones, arrieros, etc. Esta oración recibía el nombre de
Plegaria de Protección a Los Caminantes y dice:
?Que no caiga en la bajada
ni en subida del camino
que no encuentre obstáculos
ni detrás ni delante de ellos
ni cosa que nos golpee
concédenos buenos caminos
hermosos caminos planos?.
Autor: Enrique Martínez G.