LA HUMANIDAD.-

Es un hecho evidente y triste para todos que una tercera parte de la humanidad vive mal alimentada y muchos mueren por falta de alimentación. Se dan explicaciones y se habla de falta de recursos alimenticios, de superpoblación en algunos puntos del planeta, la pobreza y miseria es un azote que sufre la Humanidad.
La pobreza en el mundo no es un problema de recursos, es problema de insuficiente desarrollo de la consciencia en gran parte de la Humanidad. Cada país, cada comunidad social funciona, por lo general, según la calidad de sus gobernantes, de sus dirigentes políticos. Y estos suelen ser expresión inequívoca de lo que son los pueblos que los eligen o los sustentan. Es fácil observar por otra parte que los políticos están imbuidos por un ansia de poder ambiciosa y desmedida. Hay siempre entre ellos una enconada lucha por el poder. Teóricamente y así lo expresan a veces, el poder es para el servicio del pueblo. Pero en la práctica, en lugar de servir al pueblo, ellos se sirven del pueblo para encaramarse y afianzarse en el poder y conseguir ventajas económicas personales. La lucha entablada entre los distintos partidos y fracciones políticas se rigen normalmente por la ley de la selva: el más poderoso o más hábil vence y se come al más débil o menos hábil. Y en una sociedad en que predomina la ley de la selva no existe ni puede existir ni siquiera un nivel humano de justicia equitativa. Y por consiguiente, mucho menos Amor.
La solución a los problemas mundiales radica únicamente en el cambio de nivel de conciencia, tanto en los que rigen las estructuras sociales, como en los dirigidos. Es problema de transformación personal. El mundo será lo que sea cada uno de sus integrantes.