Misterio Maya II

LA CARA OCULTA DE LOS MAYAS (II)

LOS CALENDARIOS, LA ODONTOLOGIA Y SU ARQUITECTURA.

El avance tecnológico de una cultura se toma por su exactitud en las medidas. Los Mayas crearon tres calendarios distintos. Uno de ellos el de 365 días el cual según cálculos modernos tiene únicamente un fallo de cinco diez milésimas: Siglo XX - 365.2425, los Mayas - 365.2420.
Además el segundo calendario de 260 (llamado mágico), no tiene relación ninguna relación cíclica, tan solo que dividido entre 20 da el cabalístico número 13. No contentos con estos dos, el Maya crea otro más. Este es basado en la revolución sinódica de Venus la cual la ciencia fija en 583.92 y el promedio de los Mayas llegó a 584 , fallando de nuevo en tan solo 8 centésimas. Por si fuera poco en el código Dresde se fija las fases de Venus, cuando increíblemente en la Europa de ese tiempo no se habían descubierto, ocurriendo esto solo a la llegada del anteojo astronómico, siendo Galileo el que levanto su vista hacia el cielo. ¿Guardaban el recuerdo de los tiempos sinódicos de otro planeta?
Se conoce que los sacerdotes Mayas ocupaban gran tiempo de su vida a observar el espacio y quizá esto les dio la oportunidad de realizar tales cálculos, pero ¿con tanta exactitud? ¿Fue alguien quien le cedió el conocimiento?


SU INCREIBLE ODONTOLOGIA.


Este pueblo “primitivo” a la llegada de los españoles tiene sus particularidades. Una de ellas su odontología. Por increíble que parezca los Mayas tenían un perfecto conocimiento de los tejidos dentales y su grosor. Pocas veces en las piezas trabajadas se nota que la pulpa haya sido dañada o lesionada en las incrustaciones. La roentgenografias indican que todos los trabajos fueron efectuados estando el paciente en vida.
Los Mayas se incrustaban jade en su dentadura. Esto se constituye en un gran enigma, no por el hecho del enorme
significado religioso o de belleza, si no por la calidad de trabajo que presenta. Se ha descubierto en las dentaduras encontradas luego de casi 2 mil años, las incrustaciones sigue tan firmes como al principio. El secreto lo constituye el aditamento que utilizaban. Realizando una análisis a través del espectrógrafo se encontró calcio, magnesio, hierro, sodio, bariostroncio, silicón, aluminio, cobre, manganesio y vanadio (estos últimos en cantidades vestigiales) . Este análisis convierte el asunto en un misterio. Hasta hoy no se conoce como realizaban esta aleación tan resistente. Quien descubra el secreto, seguramente pasara a la historia en la odontología del planeta.

A DIOS POR EL ESPACIO


La arquitectura Maya se caracterizo por utilizar la pirámide escalonada y su función religiosa tiene una interpretación muy espacial para los estudiosos de nuestro siglo.
Se dice que la arquitectura de los egipcios muestra “horror al espacio y la necesidad de él” Se interpreta a través de lo anterior que la arquitectura de ese pueblo revela que se llega a Dios por la intimidad, interpretado esotéricamente es “a través del alma”
En la arquitectura románica se construyó también un interior primoroso, tallado como diamante. Es que el hombre románico llegaba a Dios por medio del espacio reducido, silente, podría resumirse: “A Dios por la humildad”
En el arte gótico se llega a Dios por medio del espacio exterior, erguido y vertical, pero con solemne adorno y belleza. Podría decirse que se llega a Dios por medio de la grandeza.
En la arquitectura Maya se llega a Dios por “el infinito” articulado que une el espacio, con el espacio exterior halando de los dos y uniendolos en sus cresterías. Se puede decir entonces que en la arquitectura Maya se llega a “Dios por el espacio!”
Ellos y los egipcios fueron los únicos que utilizaron la pirámide como templo de adoración y gran contenido místico. La diferencia entre ambas es que una es lisa y la otra escalonada. Los Mayas conservaron la ultima, como contra parte los egipcios la utilizaron en su primera fase.
Ambas fueron en cierto momento monumentos funerarios, Palenque lo demuestra en la cultura de América.
¿Hubo relación entre ambos pueblos? Muchos piensan que si. De cualquier manera el misterio permanece. (Continuará)